sábado, 20 de junio de 2009

El avance de la agresión nazi y fascista

Hitler, aprovechándose de la coyuntura internacio­nal, llevó adelante su plan de crear la Gran Alemania.
En 1933, ya en el poder, retiró a Alemania de la Sociedad de Naciones. En 1934 firmó un tratado de no agresión con Polonia, antigua aliada de Francia. En 1936, desestimando las cláusulas del Tratado de Ver-salles, ocupó Renania, que se consideraba zona des­militarizada.
En marzo de 1938, fuerzas alemanas entraron en Austria, donde el partido nazi era bastante numeroso, y se declaró el Anschluss (unión de Austria y Ale­mania). En septiembre de 1938. Hitler se anexionó los Sudetes, territorios checoslovacos donde la población alemana era mayoritaria.
Y, frente a la pasividad de Europa, Hitler prosiguió su política de anexiones. Con la ayuda de Polonia y Hungría, invadió a Checoslovaquia.
A su vez, Italia atacó Abisinia (Etiopía) en 1935 y ocupó Albania en 1939; y Japón invadió Manchuria en 1931.
Los pactos se habían ido estrechando a lo largo de 1939: en mayo, Alemania e Italia firmaron el Pacto de acero, y en agosto, Alemania y Rusia firmaron el Pacto de no agresión.
Sintiéndose, pues, seguras respecto a Rusia, el 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas invadieron Polonia. Como respuesta, Francia e Inglaterra decla­raron la guerra a Alemania el 3 de septiembre. La Se­gunda Guerra Mundial había comenzado.

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