domingo, 21 de junio de 2009

La conquista de Europa

En 1805, Inglaterra, Rusia, Austria y Ñapóles crea­ron la tercera coalición contra Francia. Napoleón y su recién creada Grand Armée fueron derrotados en Tra-falgar (1805) por Inglaterra, pero se desquitaron ven­ciendo a las tropas austrorrusas en Ulm y Austerlitz (1805). Austria firmaba la Paz de Presburg (1805).
Una cuarta coalición, formada en 1806 y presidida por Prusia, es también vencida por Napoleón. En 1807, rusos y prusianos firman con Francia la Paz de Tilsit. Y, para doblegar a los ingleses, Napoleón de­creta el bloqueo continental (1807).
Las ambiciones territoriales del emperador le lle­varon a la ocupación de los estados pontificios (1808), a la expulsión de los Braganza de Portugal (1807) y a la instauración en el trono español de José Bonaparte, hermano de Napoleón. Sólo el pueblo español (Gue­rra de la Independencia, 1808-1814), apoyado por In­glaterra, opuso resistencia a Napoleón. Después de la derrota de sus tropas en Bailen (1808), el mismo em­perador hubo de acudir para dirigir directamente las campañas en la península Ibérica.
Austria, animada por la victoria españolarse lanzó de nuevo a la contienda, pero volvió a ser derrotada (Wagram, 1809). El emperador Francisco II, cam­biando de táctica, concedió entonces a Napoleón la mano de su hija María Luisa, con la que se casó en 1810 tras divorciarse de la emperatriz Josefina. En 1810 el imperio napoleónico comprendía casi la mitad de Europa. (Holanda, parte de Alemania, norte y centro de Italia, España, Nápoles, los protectorados de la Confederación helvética y del Rin, y el Gran Du­cado de Varsovia.)
Además contaba con la neutralidad de Dinamarca, Noruega, Austria, Prusia, Suecia y Rusia. Fuera de su órbita, sólo quedaban Inglaterra, Cerdeña, Sicilia y Turquía. La victoria en España, sin embargo, parecía estar cada vez más lejana.

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