En 1812 se inicia el declive del imperio napoleónico. La derrota de Arapiles, en España, y los contactos del zar Alejandro I con Suecia y Turquía obligaron a Napoleón a emprender una gran empresa que le devolviera su prestigio: la gran campaña de Rusia.
Las tropas francesas se abrieron paso hasta Moscú, pero la llegada del crudo invierno detuvo en seco los avances del ejército francés a su paso por el río Be-resina. La precipitada retirada fue catastrófica.
Finalmente, los últimos adversarios del emperador: Rusia, Austria, Prusia y Suecia (sexta coalición), le derrotaron en Leipzig (1813).
domingo, 21 de junio de 2009
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