La guerra aceleró el hundimiento del gobierno zarista. Tras la abdicación de Nicolás II (15 de marzo de 1917), el gobierno provisional ruso decidió continuar la guerra, pero la toma del poder por parte de los bolcheviques («revolución de noviembre»), partidarios del fin de la contienda, llevó a la firma unilateral de la paz entre Rusia y Alemania (Tratado de Brest-Li-tovsk, 3 de marzo de 1918). Ambos países reconocían la independencia de Polonia, Ucrania, Finlandia y provincias bálticas. Era una medida impuesta por Alemania, que se aseguraba así una especie de cordón de seguridad en su frontera oriental.
Por otra parte, en Estados Unidos era cada vez mayor el sentimiento probélico de la población. El presidente Wilson (1856-1924) se decidió a declarar la guerra a Alemania, el 2 de abril de 1917, basándose en los ataques de barcos de guerras alemanes a su marina comercial.
También contribuyó en gran medida a que el congreso americano accediese a la declaración de guerra el contenido del «telegrama Zimmermann», intercep tado por los servicios de información ingleses. En di cho telegrama, enviado el 19 de enero de 1917 por el ministro de asuntos exteriores alemán, Arthur Zim mermann (1864-1940), al embajador de su país en Mé xico, se apuntaba la posibilidad de una alianza ger manomexicana con el fin de que, si Estados Unidos entraba en guerra, México marchara hacia el norte, prometiéndole la recuperación, en los acuerdos de paz, de Nuevo México, Texas y Arizona.
El ejército de Estados Unidos, que contaba con 130 000 soldados en 1916, movilizó a más de tres mi llones y medio de civiles. A los préstamos anteriores recibidos por los aliados, se sumaron ahora 10 000 mi llones de dólares que éstos invertirían en Estados Uni dos para proveerse de alimentos y pertrechos.
El fin de la guerra
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