Durante el Renacimiento, el mundo clásico grecorromano se considera digno de admiración. Por el contrario, la cultura medieval es vista como un paréntesis de oscurantismo y, en consecuencia, se la desprecia.
Se da gran importancia al estudio del griego y del latín para entender cabalmente las obras de los autores clásicos; sus escritos se difunden en un afán de reencuentro con la nueva valoración de la inteligencia del hombre y de su amor a la naturaleza. También se valorará el canónico equilibrio entre forma y pensamiento. La literatura y el arte de la antigüedad clásica grecorromana renacen así con fuerza.
domingo, 21 de junio de 2009
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