En 1945 el régimen de Franco era condenado por la ONU: las democracias occidentales retiraron a sus representantes de las embajadas. Este cerco internacional forzó a introducir cambios en el marco institucional (Fuero de los Españoles, Ley de Sucesión, etc.). Con el inicio de la «guerra fría» el régimen franquista, con la ayuda de los Estados Unidos, consiguió ser aceptado por el mundo occidental. En 1950 se produjo el regreso de los embajadores.
La ayuda económica norteamericana tuvo como resultado el pacto de 1953, que permitió la instalación de bases militares norteamericanas en territorio español. Esta abertura exterior permitió el acceso al gobierno a un equipo de tecnócratas, el Opus Dei.
La presión contra el régimen (huelgas, manifestaciones estudiantiles y actividad de los partidos políticos en la clandestinidad), alcanzó su punto culminante hacia el final de la década de los sesenta. En 1970 se suspendió el artículo del Fuero de los Españoles. Un año antes, el príncipe Juan Carlos de Borbón fue designado sucesor como futuro rey.
El final del régimen
El asesinato de Carrero Blanco en 1973 aceleró la crisis del régimen que se acrecentó con la enfermedad de Franco, quien moría el 20 de noviembre de 1975. Dos días después era entronizado por las cortes Juan Carlos I. El rey, junto a las fuerzas políticas que lo apoyaron, apostaron por modificar las relaciones con Europa y, lo que fue más importante, por promover la reconciliación del país consigo mismo, cancelando definitivamente aquel espíritu belicoso del 18 de Julio.
sábado, 20 de junio de 2009
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